AIRE FRESCO

ABIERTO ESTADOS UNIDOS. Nota Leo Canaparo. Director
Mucho se ha hablado en los últimos 10 años sobre el tenis femenino y el circuito WTA. En esta misma sección he publicado distintos reportes sobre lo que para mi era un momento critico del circuito femenino por la falta de campeonas con carisma.
Los resultados me fueron dando la razón ya que ningún nombre solía afirmarse en la cima del ranking y los Grand Slam, acaso el torneo vidriera tanto para hombres como para mujeres, variaban sus campeonas y finalistas de un evento a otra, sin aparecer una jugadora, además de Serena Williams o últimamente de Barty, que marcara una presencia nítida, que son su tenis mostrara que ella era una campeona con todas las letras.

Sobre esto último no hago referencia a su tenis,  a su juego u a sus logros, porque toda campeonas se lo tiene merecen sino no le darían la copa, me refiero a algo más a algo que va mas allá que el juego propiamente dicho..

Faltaba una campeona o estrella para la gente. Esa jugadora que haga «vender entradas», a la que la gente quiera ver jugar. En otras épocas lejanas, con Grabiela Sabatini, Steffi Graf o Monica Seles eso ocurría, o más acá en el tiempo con los duelos de Venus y Serena o con Kim Clijsters, Justine Henin o María Shaparapova. El «Primetime» de mujeres existía ya que estos nombres eran convocantes y los fans llenaban las tribunas para ver sus partidos. Pero poco a poco se fue perdiendo.

Se confundió carisma con belleza, se puso más énfasis en lo que las jugadoras hacían fuera de la cancha, llámese producción fotográfica y marketing,  que adentro, y esto provoco que al momento de jugar, las tribunas estuvieran casi vacías. Ocurrió esto en varias finales importantes, incluso en Grand Slams.

Por esto la llegada de Emma Raducanu y Leylah Fernadez, una británica y la otra canadiense,  a la final del Abierto de los Estados unidos le dio un aire nuevo y fresco al tenis. Mucha gente que no le interesaba la final de mujeres dijo, » vamos a ver como juegas estas chicas nuevas». A ambas la calidad de su tenis le sobra,  y poder de convocatoria también, porque su juego valiente y sin tapujos la pusieron en lo más alto del tenis mundial
En horabuena y ojalá que estas «teens» sigan cosechando existo, para el bien del tenis femenino y del publico que paga una entrada.

 

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