EL DELPO QUE VIMOS

Cuando llegamos al Us Open y vimos el cuadro que tenía Juan Martin Del Potro en este Abierto de los Estados Unidos pensamos varias cosas. Por un lado era un dibujo que parecía «bueno» no porque los rivales que tenía en la primera ronda y los posibles en rondas siguientes fueran fáciles, ya que hoy en el tenis no existe rival accesible, sino porque en el sorteo le podría haber tocado Novak Djokovic o Andy Murray en el camino rápidamente. Había que saber si lo que pasó en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 era una realidad o fue algo momentaneo y pasajero.
El primer escollo fue Diego Schwartzman, compañero de Copa davis, y en ese partido tuvo un rendimiento irregular con puntos altos y bajos, un partido que sembró mas dudas que certezas, pero bueno, era una primera ronda con mucho calor y siempre los primeros partidos son complicados, pregúntenle a Stan Wawrinka contra Fernando Verdasco como sufrió.
Luego vino el primer test importante, el local Stevie johnson de buena temporada en canchas duras y jugando de local en el estadio Arthur Ashe, y ahí cumplió con creces el argentino. Jugó con madurez los momentos complicados, apretó y sacó diferencias cuando vio desorden en su rival y demostró que su contundencia era demasiado para el norteamericano. En ese momento sentí que Delpo estaba en New York con todo y con posibilidades ciertas de llegar lejos.
Más aún cuando vapuleó a David Ferrer, un jugador que si bien ya no está en el nivel de temporadas pasadas, siempre da batalla y es muy complicado en cualquier superficie. Del Potro literalmente lo cacheteó, lo paseó por la cancha de lado a lado y lo hizo correr perdido al español, casi sin tocar la bola en muchos tiros cruzados. Otro momento de alto nivel en el juego del argentino.
Después llegó Dominic Thiem, el austriaco número 10 del mundo que había jugado muy buenos partidos aquí, pero que en nuestro interior sabíamos que Del Potro tenía la llave para desequilibrarlo: su potencia en el servicio y en la derecha. Y así fue en el primer set y al comienzo del segundo cuando luego, Thiem evidenció problemas físicos y tuvo que retirarse, prueba superada.
Ahora venía lo peor, o lo mejor, para los que gozamos de los buenos partidos de tenis, Stan Wawrinka, que había sufrido con varios rivales en rondas anteriores como el italiano Giannessi o el británico Evans.
El partido fue lo que esperábamos, un concierto de tiros ganadores de los dos lados y ganó el suizo porque tuvo un acierto mayor en momentos importantes del partido, esos que hacen grandes diferencias contras los «grandes.

El balance que hizo Juan martin y nosotros también es de aprobado con una nota alta. El argentino no solo cumplió, sino que mostró que continúa edificando el «nuevo Delpo», si, nuevo porque ya no juega a los palos y nada más de fondo de cancha sino que adoptó el slice de revés, primero por una razón medica, pero ahora como herramineta válida de juego y le ha sumado condimentos a su estrategia en los partidos, como él mismo nos dijo «ahora siento que tengo un arma más para mi juego», y es verdad.
Poco a poco se va construyendo el Del Potro 2016 y el futuro no tiene techo, al menos por ahora.
Nota Leo Canaparo
New York

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