Nota Leo Canaparo. Director TENNIS7.NET
«Mi abuela se tomó una cerveza cuando terminé el partido. Yo también, con ella. Ya esto terminó, no hay más lucky loosers, nada más para mí. Tomar una cerveza de vez en cuando está bien y uno no siempre tiene la oportunidad de tomarse una cerveza con su abuela», comentó
Marco Trungelliti el número 190 del mundo, que se muestra como lo que es, un pibe simple, un tenista que quizas no tenga el brillo de las estrellas pero si el sudor de los que luchan por llegar.
Perdiócon el italiano Marco Cecchinato (72º) por 6-1, 7-6 (1) y 6-1, tras menos de dos horas de partido, pero esto no es lo más importante..
Trungelliti vivió una historia de película que comenzó cuando el santiagueño cayó en la última ronda de la clasificación para Roland Garros y se fue de París a su hogar europeo, Barcelona, a casi 1000 kilometros de distancia. a. Pero Roland Garros tuvo una gran cantidad de lesiones y eso le abrió un lugar en el cuadro principal.
Con las bajas del serbio Viktor Troicki y el australiano Nick Kyrgios del cuadro principal masculino del torneo parisino. Entraron varios con los mejores ranking que habían perdido en la clasificación.El octavo lugar entre los lucky losers era para el indio Prajnesh Gunneswaran, pero el 175° del ranking de la ATP, estaba en Venecia. De esa manera «Trungue» entró al torneo.
El argentino tomó el auto, con su familia, y tras unas 9 horas llegó con lo justo para debutar a contra el australiano Bernard Tomic y ganar el partido de primera ronda.
Una historia de vida, una historia de los laburantes del tenis como Marco
Trungelliti
Nota
Leo Canaparo
Director