Nota Lucas Parodi.
Guillermo Pérez Roldán fue a fines de los 80 y comienzos de los 90 una de las grandes esperanzas del tenis argentino luego de Vilas y Clerc. Llego a estar 13 del mundo en épocas donce había nombres rutilantes como Boris Becker, Andre Agassi o Ivan Lendl. Ganó 9 títulos individuales.
«Rocky», así lo llamaban, que desplegaba en las canchas un juego de potencia que buscaba desgastar a los rivales, tiene ahora 50 años y se dedica a enseñar tenis en Chile, su país de residencia. Según comentó en una entrevista con «La Nación», de Argentina, , las ganancias que consiguió en aquellos años ya no están más, como consecuencia de una estafa que sufrió de parte de su padre y ex entrenador, Raúl Pérez Roldán. Denunció además que durante su etapa como tenista fue sometido reiteradamente a maltratos físicos que llegaron a incluir «cintazos arriba de una cama» o «una trompada en la cara» por perder un partido.«Hubiese preferido tener un peor entrenador y un mejor padre», dijo al periodista Sebastian Torok.
Raúl Perez Roldan es recordado como una de los pilares de la escuela de tenis de Tandil que dio frutos muy buenos en los años subsiguientes con otros nombres que nacieron de esa localidad y se conocieron por el mundo.
Perez Roldan reconoció en la entrevista que recibía por parte de su padre eran reconocidos y sabidos por todos los integrantes de su familia directa de lo que ocurría. Él maltrato físico por parte de mi padre primer comenzó conmigo y después se repitió con mi hermana Mariana».
Las figuras del tenis muchas veces guardan secretos bien guardados que algunas vez deben emerger, este es el caso