SHARAPOVA – GATE

Mucho se ha hablado en las últimas del tema doping de María Sharapova, algunos comprendiendo lo que le ocurrió, otros criticando duramente lo hizo y muchos ignorando o mirando para otro lado.

No estamos en condiciones ni de perdonar ni de sentenciar porque no es nuestra obligación o nuestro cometido, pero aquí trataremos de reflexionar un poco sobre lo que vimos después de este escándalo.

En primer lugar es censurable que una deportista de la talla de Sharapova, con un entorno a su alrededor tan profesionalizado, la rusa puede pagarlo obviamente, haya cometido un error tan grosero. Tal vez, se lo podía entender en una novato que recién empieza en el tour y viaja sola o con el papa por el mundo, de torneo en torneo, las hay muchas, pero no en Sharapova. Lo que la jugadora cuenta que no sabía de ese cambio en la reglamentación y que el producto agregado no estaba en conocimiento de ella, es por lo menos un error garrafal. Los deportistas de elite están supercontrolados y no se les puede pasar esto. Hasta ahí la responsabilidad de la jugadora y su entorno.

Por otro lado tampoco nos parece bien aquellos que le quieren caer con todo el peso de la ley aprovechando que es una deportista famosa como si fuera un ejemplo de escarmiento, como para demostrar que hay controles y es igual para todos, como si fuera para justificar los entes controladores, su desempeño y seguro sus altos costos para seguir funcionando.

Me parece justo que se controle a los deportistas pero también que se escuchen sus razones. Si es reincidente, si es verdad que era una droga que se utilizaba como parte de una medicación contra algún tipo de enfermedad. Es muy fácil caerle encima a Sharapova, censurarla, bajar el cuadro de su foto de la pared, y seguir como si nada hubiera ocurrido, dejando en el camino a una deportista que tanto rédito económico y publicitario les dio a lo largo de su carrera a todos los que giraron alrededor de ella. Y como sigue ocurriendo hoy por ejemplo en el Miami Open (foto).

Por eso tengamos controles, es bueno, pero también cuidemos a los deportistas, sus problemas, sus errores, sino vamos sentir que todo pasa por una picadora de carne, y que los jugadores son unas maquinas de hacer dinero, pero no se olviden que atrás de la estrella hay una persona, simplemente eso.
Leo Canaparo
Director

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