Nota Leonardo Canaparo Director TENNIS7.NET.
ARGENTINA OPEN. Buenos Aires
Hacia muchos año que no se vivía lo que pasó esta tarde en el Argentina Open. A un estadio casi lleno que vibró como en la s mejores jornadas del tenis argentina. Aquellas de la Legion hace más de 10 años o las de Vilas y Clerc por los ochenta. Esta de Diego Schwartzman venciendo a Dominic Thiem, se pareció a aquellas. El «peque»l derrotó al austríaco por 2-6, 6-4 y 7-6 (5). Este domingo, en la final se medirá con el italiano Marco Cecchinato, que en el primer turno derrotó al bahiense Guido Pella por 6-4 y 6-2, en una hora y nueve minutos.
Fue un partido emocionante por lo cambiante y porque poco a poco vimos la transformación de un Thiem que manejaba todo a voluntad y que llegó a tener ventaja de 6-2 y 4-2, pero la recuperación de Schwartzman fue increíble, peleando cada punto, aprovechando la poca paciencia de su rival que perdía a cada minuto la confianza, mientras que el argentino se agrandaba a cada paso. Y fue emocionante porque la balanza se inclinaba para un lado y para el otro.
Primero en el tercer set Schwartzman estuvo adelante 5-4 con su saque, pero no lo pudo cerrar, y en pocos minutos jugaba match point abajo, y lo levantó con mucho temperamento, el partido era una locura. En el tie break final llegamos a 5-5, la gente en silencio, no podía respirar. Punto de partido para el peque y Thiem que engancha una derecha que se va muy lejos, y toda la explosión. Otra vez un argentino en la final.
Luego del partido comentó, «En un momento del segundo set estaba tratando de ganar los games y entrando en partido porque me estaba dando una paliza, con un nivel impresionante. Yo no quería hacer un papelón frente a la gente. Jugamos un partidazo, él intentando arriesgar más. Ahora queda un pasito más».
«Va a ser una final muy dura, pero me tengo mucha confianza. Ojalá que se vendan todas las entradas rápido. No sé cuántas veces más se va a dar de jugar con la cancha llena».
Espero que el Buenos Aires este lleno, como en las mejores jornadas, aquellas de emoción y gloria.
Nota Leonardo Canaparo
canaparo@tennis7.net
Foto crédito Sergio Llamera