ROLAND GARROS. Nota Leo Canaparo-Director-
El mundo del tenis esperaba este partido entre Rafael Nadal y Roger Federer, con gran ansiedad. Es el clásico de leyendas o la batalla de los mitos vivientes. Todos esperábamos a estos dos protagonistas frente a frente en una semifinal de Grand Slam, pero en cancha no fueron dos fueron tres los protagonistas.
Cuando vi a ambos ingresar a la cancha me dije a mismo algo no esta bien hoy, porque Nadal entró como siempre con gesto serio, concentrado con paso firme sin mirar a nadie, y Federer lo hizo mirando para arriba, girando la cabeza, mirando el cielo como buscando algo.
Sabía que los vientos fuertes que creaban remolinos en la cancha iban a volcar ostensiblemente la balanza para un lado, para el lado del español.
Por la forma de encarar los puntos y sus golpes con muchísimo spin a Nadal el viento no le iba a ser un gran problema, quizás una pequeña incomodidad a la hora de alguna bola jugada al limite pero no mucho más que ello, pero para Federer, jugar sin precisión ante rafa, sin poder atarcer la bola con precisión, sin tener un impacto plena en sus cuerdas le iba a ser una «misión imposible» poder dominar al ibérico. Y así fue, la cara del suizo durante el partido lo dijo todo.
Nadal venció a Federer 6-3, 6-4, 6-2 para llegar a la final del Abierto de Francia en París, casi por un mero trámite. Nadal tiene 17 títulos de Grand Slam, y es segundo después de Federer (20) en el ránking histórico del tenis masculino. Once de ellos han sido en Roland Garros, lo que es un récord y lo que muestra donde está más cómodo.
Tendré,os que esperar la próxima batalla entre estos dos protagonistas, quizas sobre otra superficie y en otras circunstancias. Esperemos que sea pronto para poder disfrutarla.
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